Estábamos mi madre y yo en un restaurante
sardo en Florencia (Terra-Terra) y mi madre me dijo: «tiene que haber una
heladería buena por aquí porque hay que ver la cantidad de gente que va comiendo un helado». Observé a los portadores de helados y comprobé que no eran
turistas, con lo que la búsqueda del local era irremediable.
Así fue, al salir del Terra-Terra vimos
la heladería, llena de oriundos. Se llamaba Grom y tenía pinta de heladería de
cuando era pequeña.
Una chica encantadora nos dejó probar
muchos sabores y finalmente escogimos uno de avellanas (riquísimo) y otro de crema
de grom combinado con coco con chocolate. ¡Deliciosos!
Fuimos el día siguiente y en esta ocasión
lo comimos de pistacho combinado con marrón glacé. Para desmayarse.
Era un día de niebla muy espesa y no había
nadie más en la tienda, así que aproveché para preguntar qué significaba su slogan
“il gelato comme una volta” y me dijeron que era “el helado como los de antes”.
¡Ahora lo entiendo!
Al volver empecé a investigar y me enteré
de que la filosofía de Grom es utilizar la mejor y más sana materia prima para
dar el mejor producto. ¡Bravo por Grom!
Empezaron en Turín y ya
están en toda Italia y en el extranjero: Malibú, New York, Osaka, París y
Tokio. Ojalá vengáis pronto a Barcelona.
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