lunes, 31 de diciembre de 2012

Restaurante BSN Barcelona Salerno Nápoles


¡Es adictivo! 

Situado en el tramo probablemente más aburrido de la calle Galileo, es un restaurante no para probar, sino para recrearse. Es cierto que el interior no es cálido, ni sofisticado, ni especialmente acogedor, no obstante, la calidez de Manuela, la italiana que asegura que desde el primer al último cliente estén satisfechos desde el minuto cero, solapa cualquier carencia decorativa (aunque el local está limpio y ordenado). Pero el verdadero disfrute inicia cuando empiezan a llegar los platos a la mesa. Se trata de cocina italiana, sí, tradicional, sí, pero siempre, siempre, con un toque creativo moderno, con pasta hecha en casa y con ingredientes de calidad y en muchísimas ocasiones traídos directamente de italia. Es por ello que unos simples parpadelle al pesto adquieren el toque especial de SNB y no voy a desvelar detalles. Hay una carta magnífica y, además, siempre tienen cinco o seis platos del día que recomiendo muchísimo probar, especialmente todo aquello que contenga la palabra "canutillo" o "cucurucho". Algo que me llama la atención es la memoria de Manuela: sabe qué vino me gusta y qué postre le gusta a mi madre desde nuestra segunda visita. Los tiempos de espera son razonables, aunque el restaurante esté hasta la bandera y a veces nos ha acogido a pesar de llegar muy tarde y estar a punto de cerrar la cocina. SNB es un restaurante que vale muchísimo más de lo que cuesta... y que es tan bueno... ¡que debería estar prohibido!

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