Santi, mi compañero de trabajo, llevaba tiempo recomendándome el resturante Mirrors, en el hotel que lleva su nombre.
El entorno es blanco y pijín y la comida "no está mal", aunque tampoco está para tirar cohetes. Sólo un plato, la crema de parmesano con sopa de cebolla chipirones y calamares estaba francamente deliciosa. El resto de platos, pasables. Me dejé casi medio plato de arroz, que estaba saladísimo, y no me acabé el bacalao, que estaba un poco crudo.
Eso sí, el cava Reina María Cristina, de Codorniu, estaba para perderse en sus burbujas.
Hay menú degustación de 45€, con maridaje incluido. No obstante, no creo que repita.
Aperitivo: consomé al hinojo con huevo de codorniz y erizo de mar, mejillón Mirrors y croqueta de jamón
Crema de parmesano con sopa de cebolla, chipirones y calamares: exquisita
Pan
Chipirones con habitas
Arroz con setas y langostinos
Bacalao con uvas y manzana (lástima, estaba un poco crudo)
Fondant de trufas con helado de toffe
Galleta de regaliz, macarrón de melocotón, gominola de lichi y bombón de fresa
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