jueves, 18 de julio de 2013


Simposios, literatura, Dionisio… en la antigua Grecia el vino se convierte en arte

En la edición anterior constatamos la importancia que tuvo el cultivo y consumo de vino en el Egipto faraónico.  Posteriormente, en Babilonia, se promulgaron las primeras leyes que regulaban la elaboración y venta de vino, dado que éste formaba parte de los alimentos esenciales de su dieta y era necesario asegurar su calidad y perfecto estado. Estas leyes se incluyeron en el célebre código de Hammurabi, que reinó en la época de máximo esplendor del imperio.

A pesar de que el vino era un alimento fundamental de la dieta en el mundo antiguo, fueron los griegos los primeros impulsores extendiendo su cultura y cultivo por su vasto imperio. El vino se introdujo en Grecia alrededor del año 4000 aC. Fueron pioneros en nuevos métodos de viticultura y elaboración de vino, como el estudio de los suelos de los viñedos, la elección de la variedad más adecuada a éstos, la práctica del emparrado, la creación de las denominaciones de origen, el control de los rendimientos para la mejor concentración de sabores y calidad y la cocción del mosto para aportar dulzor. A medida que las ciudades-estado griegas fundaban colonias por todo el Mediterráneo, los colonos llevaban vides consigo para su consumo y para crear oportunidades comerciales en las ciudades-estado más cercanas. El vino desempeñó papeles religiosos, sociales y medicinales irreversiblemente importantísimos.

Incluso las monedas griegas de épocas clásicas a menudo se acuñaban con imágenes de uvas, vides y copas de vino. Tucídides, Teofrasto, Hipócrates, Aristóteles y Homero entre otros muchos escritores, médicos y filósofos mencionaron el vino en sus obras literarias.

Los arqueólogos han desenterrado millones de ánforas y se ha estimado que los griegos enviaban casi 10 millones de litros de vino a la Galia (Francia) cada año a través de Massalia (Marsella). Los vinos griegos solían tener un año de vida, pues la oxidación era un defecto frecuente. No obstante, los vinos bien conservados eran muy apreciados. Solían diluir el vino con agua como un rasgo de comportamiento civilizado. Por el contrario, beberlo sin diluir era considerado «de bárbaros». Si bien eran conscientes de las bondades medicinales del vino (los médicos lo prescribían como analgésicos, diuréticos, tónicos y digestivos), también eran plenamente conscientes de los efectos negativos que tenía un consumo no moderado para la salud. Se consideraba consumo moderado a tres cuencos por persona. La botella de 75cl actual contiene, aproximadamente, tres vasos para dos personas.

Otro aspecto fundamental de la relación de los griegos con el vino es la relación mística de éste con el culto a Dionisio. A lo largo de todo el año se celebraban fiestas en honor a este dios, aunque sin duda, las más conocidas fueron las bacanales. Múltiples imágenes de estas festividades están pintadas en cientos de objetos de barro, mármol y metal. Un testamento evidente de la influencia de Dionisio en la vida diaria de los griegos es el teatro que lleva su nombre y está situado al pie del Partenón. 

Las ánforas eran recipientes de cerámica que permitían ser cerradas al vacío. Tenían dos asas que servían para especificar la procedencia del vino y el nombre del elaborador. También llevaban una inscripción con la añada. Los griegos pensaban que podían «mejorar» el vino añadiendo aditivos como resina, hierbas aromáticas, especias, agua marina, salmuera, aceite e, incluso, perfume.  

Los simposios

Aunque ahora son conocidos como reuniones profesionales, antiguamente eran banquetes con motivo de fiestas familiares, de la ciudad o cualquier acontecimiento digno de celebrarse como éxitos en concursos literarios o atléticos, o bien la llegada o partida de un amigo.

Platón, Plutarco y Ateneo hablan de los simposios en sus obras.

En realidad, la palabra simposio, etimológicamente, significa «reunión de bebedores». Estos encuentros tenían dos partes: en la primera se saciaba el hambre con comida y un poco de vino y en la segunda, se procedía a la ingestión de bebidas, principalmente vino, con un poco de comida. Durante esta parte se celebraban conversaciones, adivinanzas, audiciones musicales, espectáculos de danza, etc. La lira circulaba entre los invitados, que podían recitar versos sosteniendo una rama de mirto o de laurel.

A menudo, los simposios acababan en medio de la embriaguez y algunas pinturas de algunos vasos muestran a mujeres que sostienen y llevan con dificultad a sus casas a los bebedores en estado lamentable.

El declive

A pesar de que la Grecia antigua fue un referente en lo que respecta a los vinos, el declive del cultivo de vida se inició hacia el final del imperio bizantino y las viñas fueron prácticamente erradicadas durante el imperio otomano, bajo cuyo imperio los griegos estuvieron cinco siglos, durante los cuales limitaron el cultivo de vid a las inmediaciones de los monasterios.

¡No te pierdas lo que pasará durante el Imperio Romano!

No hay comentarios:

Publicar un comentario