La Granja Elena: un tesoro escondido
Hay un tesoro escondido
en la Zona Franca y se llama Granja Elena. No tiene estrellas Michelín porque
no quiere su dueño, el local es diminuto y siempre lleno hasta la bandera. Las
mesas no tienen manteles y esa falta de ropa potencia el ruido. No, no le darían
una estrella a la Granja Elena.
Pero cuando el comensal
hinca el tenedor y degusta las creaciones del chef Borja Sierra, entonces uno
se pregunta con más rigor si no merecería una estrellita. Es de agradecer que
la camarera sepa de vinos y recomiende sin hacer gala de esa insufrible
refitolería que caracteriza a los neófitos en la profesión. Porque una cosa es la
poesía y otra es el vino. El uno en la otra está bien; la otra en el uno, no.
Nos traen olivas, de
Kalamata, y nos recomiendan un vino blanco. Los cuatro que somos pedimos platos
diferentes. Veremos el ratio de éxito. ¡Cuatro de cuatro!
Tortilla de anchoas con
piperas
Ensalada de tomate
Tosta con tomate
confitado y Carpaccio de langostino
Milhojas de foie, lengua
de vaca y cebolla confitada con ensalada de pera y rúcula.
De segundo:
Atún
Canelón de rabo y manitas
de ternera con salsa de la cocción.
Todo exquisito.
De postre:
Soufflé de chocolate
Helado de pistacho con
galleta y sorbete de leche merengada
Y, para acompañar los
postres: petits fours.
Total factura: 45€ por
persona.
¡Impresionante! Nos vamos
con ganas de repetir. ¡Así da gusto!
L'altre dia uns de la feina em van parlar d'aquest lloc, ja que està a la vora de Montjuïc....en tenim moltes ganes!!!!
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