Un cuento
desde el futuro (relato basado en una noticia)

El
aborto sube un 5% en un año de crisis
118.359 mujeres
interrumpieron su embarazo en 2011, primero con ley de plazos
Se dispara entre
las mayores de 30
Los expertos
apuntan a factores socioeconómicos
El hospital de Bellvitge hace años que
está en desuso. Los recortes aplicados en Sanidad entre 2011 y 2020 impidieron
la viabilidad de aquel hospital que saluda, tímidamente, a los domingueros que
llegan de la playa, a los turistas que aterrizan en la T1 y a los vecinos de
aquel barrio deprimido. En 2020 fue privatizado y cedido a un nieto de Jordi
Pujol y tras una horrenda gestión, cerró sus puertas en 2026. El edificio,
aparentemente abandonado, anida una función que pocos saben.
Allí viven cientos de miles de angelitos y
van llegando en tropel. A algunos no les dejaron nacer porque sus madres, que
interpretaron que el aborto era un método anticonceptivo, decidieron que era
mejor evitar que sus futuros hijos se pudieran convertir en personas de bien. Otros,
simplemente, abandonaron su materia humana y se esfumaron, dejando un profundo
desconsuelo en sus progenitoras, que les recuerdan todos los días de sus vidas.
En el hospital de Bellvitge estos ángeles
se sienten libres, se arropan entre ellos y han convertido el inhóspito lugar
en un paraíso clandestino, una torre de babel multirracial e invisible a los
ojos de los seres nacidos. La mayoría presentan forma humana, otros son seres
deformes, no por ello menos individuos. No obstante, todos se perciben y se
quieren y es, de hecho, el amor que se profesan el que los mantiene vivos y no
necesitan otro alimento más que ése, al ser su naturaleza prácticamente etérea.
A veces salen del hospital y observan a
sus madres. Algunos ángeles no comprenden cómo puede ser que sus progenitoras
no se acuerden de ellos y se preguntan cuál fue el verdadero motivo por el que
no los quisieron tener. Al fin y al cabo tampoco habían prosperado tanto y las
que sí, ¿realmente su nacimiento habría truncado tanto su vida? Otros ángeles
sufren cuando sorprenden a sus madres acercándose al pecho una ecografía de
algo que no pudo crecer y que ellas no ven, pero que está allí regalándoles un
abrazo inasible.
Los ángeles no pueden reproducirse y algún
día desaparecerá el edificio malogrado. ¿Adónde irán las almas privadas de
vida? Tal vez, y sólo tal vez, al mismo lugar que van los amores truncados, las
palabras de amor calladas y las caricias reprimidas.